8 maneras de mantener la calma con los niños que te vuelven locos
¿Crees que te estás volviendo loco o loco con los niños en casa? Aquí hay algunos consejos para mantener la calma en este momento.
Ser padre o madre puede ser una bendición, pero para la mayoría de las personas es una tarea desafiante. Para aquellos que pasan mucho tiempo en casa, los niños pueden ser aún más difíciles de tratar con un desorden, ruido, solicitudes y solicitudes, así como un humor impredecible.
Con la pandemia, muchos padres están sufriendo aún más con esto, principalmente porque ya tienen que lidiar con otras fuentes de estrés, como el desempleo, las preocupaciones sobre la familia y la falta de privacidad. Muchos deben trabajar desde su casa de forma remota, lo que hace que el ruido y el mal comportamiento de sus hijos tengan aún más consecuencias más graves. En este texto, mostramos algunos consejos para mantener la calma en casa, incluso con los niños que casi le dan locos.
1. Hacer un cambio en la dinámica.
¿Ha pensado que tal vez sus hijos también están estresados y ansiosos? A menudo, porque no entendemos la severidad de la situación de un niño, terminamos ignorando que también siente dolor y remordimiento. Muchos de ellos terminan enojarse y en consecuencia molestos, buscando la atención de sus padres.
Para mejorar esto, tome al menos 20 minutos de su día para dedicarse a una actividad divertida con su hijo, para que él o ella entienda que los momentos juntos no necesitan ser estreses, y que se preocupe por el bienestar de la familia. . Esto también puede ayudarse a mantener la calma, especialmente a largo plazo.
2. Ignore los comportamientos molestos.
Si el niño trata de atraer su atención, arruinando la casa, gritando o molestos, lo ideal es ignorar este comportamiento, lo que también lo ayudará a no enfatizar demasiado.
Cuando ignore los comportamientos no deseados, su hijo o hija interpretará esa actuación, por lo que no le llama su atención, y eventualmente se detendrá. La punta siempre está prestando atención cuando el niño se está comportando según lo deseado, ya que esto lo alentará a continuar así.
3. Entiende que estás seguro
Es difícil enfocarse cuando el niño está haciendo rabietas, y nuestro cuerpo puede interpretar esto como una situación peligrosa: acelerar el latido del corazón, los músculos de tensión, aumentar la presión arterial e incluso reducir el control mental.
Así que si te enojas, cierro los ojos y respira hondo. Dígase a sí mismo: "Eso no es una emergencia. Estoy bien y puedo manejarlo".
4. AYUDA DE PARTE
Los padres que están solos y no saben cómo cambiar la dinámica familiar pueden buscar ayuda de otros padres o profesionales de la salud mental para aprender a tratar mejor con estas situaciones de estrés. Pedir ayuda es a menudo esencial, y no se sentirá tan solitario al hablar con otra persona que pueda haber pasado por la misma situación.
5. Note sus emociones
Comprender lo que está sintiendo puede ayudar a responder a la situación con más atención y atención, así como contribuir a la relajación. Por lo tanto, cuando te das cuenta de que te estás volviendo loco con el lío, cierran los ojos, escuche su corazón y su aliento y trate de entender lo que su cuerpo está sintiendo.
6. Haz un ejercicio relajante.
Algunas posturas de yoga simples que lo hacen al revés ya tienen un efecto instantáneo sobre el estrés, aumentando el flujo de sangre en el cerebro. Por ejemplo, la postura del perro hacia abajo o la pose del niño ayudan mucho cuando se combina con respiración profunda. Hacer esto con los niños también puede ayudarlos a calmarse.
7. Anime a los niños a resolver el problema.
Cuando se ha calmado un poco, llame a los niños para que resuelvan su propio problema con calma. Por ejemplo, si tienen problemas para encontrar un bocadillo en el refrigerador, llámalos y pídales que busquen, cuestionen dónde pueden ser, y la próxima vez que probablemente encontrarán solos.
8. Crea consecuencias
Las consecuencias son necesarias para la educación de los niños, pero muchos padres tienen dificultades para cumplir con estas promesas. Es necesario imponer un castigo claro para ciertas acciones no deseadas, y si el niño desobedece, estos castigos deben cumplirse para evitar las ocurrencias futuras.