≡ "No pude dormir ni comer, estaba fuera de mí": Guenda Tavassi revela que usé anfetaminas para perder peso y comparte los efectos secundarios graves forzados》 su belleza
En el mundo del espectáculo, donde la belleza es imprescindible, las hienas revelan el lado oscuro del "dopaje estético".
En el mundo del espectáculo, donde la belleza es imprescindible, las hienas revelan el lado oscuro del "dopaje estético". Veronica Ruggeri se encuentra con Guendalina Tavassi, el ex competidor de Big Brother y la isla del famoso, que abre su pasado con las anfetaminas y los terribles efectos que siguieron. "Fui un verdadero desastre: no dormí, no comí, estaba en turnos", confiesa.
Guenda destaca la obsesión con la apariencia impulsada por las redes sociales: "En Instagram te demolen por cada pequeña imperfección. Si te muestras naturalmente, has terminado, entre insultos y críticas". La mujer de 38 años dice que ha buscado un atajo para perder peso antes del reality show usando un medicamento para diabéticos que suprime el apetito, con efectos secundarios absurdos, como la confusión mental, "sucedió hace dos años y medio".
“¿Cómo obtuve la receta? Hay quienes venden estas drogas ilegalmente bajo el banco ", revela. Guendalina también ha experimentado sustancias estimulantes para perder peso, desde Hephalon hasta Anpatamin, pasando por el estado de ánimo oscilante". Una montaña rusa de emociones, desde el arroz hasta la ira, desde el grito de grito al arroz, y un corazón que parecía explotar ".
Cuando se trata de autoestima y espejos, Guendalina no usa los menores términos: “Odio los espejos y me miro solo a través de los filtros de las aplicaciones. Hasta que 'transforme', ni siquiera puedo mirarme. "Y en la parte delantera de los retoques estéticos, Guenda no tiene filtros:" Nariz, labios, ácido hialurónico tanto como pueda, rehaciendo el seno y la blefaroplastia posterior a la granja. Y estoy pensando en el levantamiento ... "
Una historia sin filtros de una investigación obsesiva de la belleza perfecta, que resalta los peligros y las trampas de sentirse constantemente bajo juicio en un mundo donde la apariencia parece contar más que todo.